Se vende Colombia: TLC con la AELC, a cambio de un poco de legitimidad

Bogotá, 27 de Junio de 2008
El gobierno colombiano cerró las negociaciones de un TLC con la Asociación Europea de Libre Comercio (Islandia, Suiza, Noruega y Liechtenstein) el 13 de junio de 2008, un año después de su inicio. Al utilizar la misma estrategia del TLC con EEUU -según lo sentenció el mismo jefe de las negociaciones, Ricardo Duarte- este TLC se convierte en una más de las traiciones de este gobierno contra la soberanía y el desarrollo del país.

La AELC representa el 1,2% de las exportaciones totales de Colombia; “nadie puede alegar que son un gran mercado”, manifiesta el industrial Emilio Sardi. Las ventas corresponden al mismo esquema de comercio colonial al que ha estado sometida nuestra nación: frutas, nueces, café, plantas aromáticas, piedras preciosas y metales. Y las importaciones corresponden a maquinaria eléctrica, instrumentos quirúrgicos, productos químicos y farmacéuticos y relojes. Sin embargo, el gobierno justifica este TLC insistiendo en la argucia del “formidable potencial” de entrar a un “mercado muy atractivo” de 263.000 millones de dólares de importaciones al año, cuando Colombia solo representa el 0.36% de ese total.

El interés de los países de la AELC en estos TLC es defender y expandir las inversiones de sus trasnacionales. En Colombia, para el año 2006 fue de 550 millones de dólares, con grandes intereses en sectores mineros y farmacéuticos, entre otros, como los que persiguen la Glencore y Roche.

Para el caso, el 17 de mayo de 2006 Colombia firmó un Acuerdo de Cooperación Económica y Técnica con ese bloque para allanar el camino de sus pretensiones. El compromiso es “crear condiciones favorables que estimulan los flujos de capital y las inversiones en todos los sectores económicos de mutuo interés” e “incrementar sus relaciones económicas, en particular las concernientes al comercio de bienes y servicios, así como a las inversiones”.

Por ello no es de sorprender el cinismo con que miembros del gobierno se refieren a la negociación, cuando muestran como un gran éxito que Colombia desgravará parcialmente su mercado agrícola y totalmente el de pesca, donde la AELC tiene poderosos intereses, mientras ese bloque “mantiene una férrea defensa de su mercado interno agropecuario” con aranceles de hasta 137,6 por ciento. “El duelo estratégico fue igualmente formidable. Siguiendo el estilo de negociación europeo, pide y pide hasta que la contraparte no tenga nada más que ofrecer, y solo a partir de allí, empieza a ceder”, afirman. Así es como suda la camiseta de la nación el “equipo negociador”.

Uribe ha emprendido una orgía de tratados comerciales con potencias del Norte, en su afán por congraciarse con ellas, como forma de eludir las controversias generadas por su actuación clientelista, corrupta y antidemocrática, y sus innegables vínculos con los jefes para-militares a quienes tuvo que extraditar para que no siguieran hablando. Esta situación lo ubica como uno de los gobiernos más ilegítimos a nivel internacional, a pesar de su aparente popularidad interna.

Así, Uribe profundiza y hace cada vez más inalterable el modelo de “libre comercio”, que ha demostrado hasta el cansancio ser incapaz de erradicar la pobreza y la desigualdad, y por el contrario es su mayor responsable.

Advertimos al país sobre las actuaciones que contra la sociedad colombiana viene emprendiendo este gobierno a través de los Tratados de Libre Comercio, como el que negoció con EE.UU., Canadá, AELC y el que negocia actualmente con la Unión Europea. Exhortamos a los miembros del Congreso de la República a votar en contra del TLC con Canadá y la AELC, y llamamos a la movilización de los sectores democráticos de este país para resistir la agresión de las trasnacionales extranjeras con la complicidad del gobierno de Uribe.

Tomado de:RECALCA