La AELC , pequeños pero poderosos

por RECALCA
Los países miembros de la Asociación Europea de Libre Comercio (Suiza, Noruega, Islandia y Liechtenstein) no hacen parte de la Unión Europea, pero establecieron su propia área de libre comercio en 1960. Su población no sobrepasa los 12 millones de habitantes, pero son sede de “corporaciones ficticias y usados como pantallas de turbias operaciones. Nadie puede alegar que son un gran mercado”, asegura el industrial colombiano Emilio Sardi.

La AELC tiene tratados de libre comercio con 21 naciones, incluidos México y Chile, y pretende iniciar negociaciones con el Consejo para la Cooperación del Golfo (Bahrein, Kuwait, Omán, Qatar, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos), India, Indonesia, Tailandia, Malasia, Canadá, Colombia y Perú, tan pronto como sea posible. Este TLC tendrá mayor profundidad que los actuales acuerdos de la OMC y resultará en la imposición de un nivel todavía mayor de liberalización económica.

Los temas de negociación son los mismos de los tratados de “última generación”. Analizaremos cuáles serán las solicitudes de la AELC en algunos capítulos.

Servicios: Al igual que todos los TLC, el capítulo se negocia con un enfoque de lista positiva, es decir, se incluyen todos los subsectores de servicios, salvo aquellos que explícitamente un país se niegue a incluir. Es así como queda asegurado que cuando se desarrollen nuevos servicios, por ejemplo, en el sector financiero o de la tecnología de la información, después de negociado un TLC, dichos servicios harán parte automáticamente del Tratado. La AELC también intenta liberalizar el sector financiero, especialmente para mejorar el acceso al sector bancario y de seguros, así como para deshacerse de las regulaciones aplicadas al sector. Para ello, Suiza y Liechtenstein buscan que los países en desarrollo firmen un acuerdo marco que corresponda, al menos al Acuerdo de Compromisos de Servicios Financieros del AGCS, GATS. Tan sólo 30 países, la mayor parte desarrollados, han firmado dicho compromiso. La AELC exige además que se incluya el concepto de Nación Más Favorecida, NMF.

La AELC se interesa en el rápido crecimiento del comercio de servicios en el mundo. Manifiesta además que las compañías que exportan bienes industriales no se limiten solamente a ello, sino que también estén en capacidad de exportar servicios de consultoría, ingeniería, desarrollo de software, mantenimiento, etc. Lo que significa que para Suiza y demás países el obstáculo al comercio de servicios constituye también un obstáculo al comercio de bienes y viceversa.

Inversión: Las medidas adoptadas en el capítulo de inversión buscan adoptar medidas que prohíban a un Estado exigir compromisos de desempeño a inversionistas extranjeros, tales como usar un porcentaje de insumos y empleos locales en la producción, transferir tecnología al país huésped o establecer un porcentaje obligatorio de las utilidades que deben ser reinvertidas. Los inversionistas pueden exigir compensación por la violación de los derechos inscritos en el acuerdo mediante un mecanismo de solución de controversias inversionista-Estado. Lo anterior les permite demandar directamente a los gobiernos en tribunales internacionales, descartando la jurisdicción de las cortes nacionales.

Un caso concreto es el del TLC entre la EALC y la Unión Aduanera de Sudáfrica, SACU. En él las partes acordaron crear un “ambiente atractivo y estable para las inversiones” , reconociendo la importancia de la inversión extranjera y los flujos tecnológicos como “una forma de promover el crecimiento y desarrollo” . Dichos compromisos están obviamente diseñados para incrementar las ganancias de las trasnacionales de los países de la AELC y restringir las funciones estatales.

Derechos de propiedad intelectual sobre medicamentos: el TLC exige que, en propiedad intelectual, se incluyan disposiciones inclusive ya eliminadas por los demócratas en el TLC con Estados Unidos. Reclama protección de cinco a diez años sobre los datos de prueba para los medicamentos, dificultando el lanzamiento de medicamentos genéricos al mercado. Exige también una extensión de cinco años en la vigencia de las patentes para compensar por retrasos “irracionales” en el procedimiento de aprobación para lanzar al mercado un nuevo producto. Y exige introducir patentes de segundos usos de medicamentos ya conocidos.

En el TLC entre la AELC y SACU, las partes acordaron que asegurarán la protección adecuada, eficaz y no discriminatoria de los DPI, otorgando Trato Nacional y Nación Más Favorecida, y aprobarán medidas contra las infracciones a los DPI.

Derechos de propiedad intelectual sobre la agricultura: es previsible que en el TLC entre AELC y Colombia se exija que el país ofrezca al menos un grado de protección equiparable al ofrecido por el Acuerdo de la Unión Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales (UPOV) de 1978 y que acepte otorgar patentes a “invenciones biotecnológicas” , es decir, a plantas y animales.

Productos industriales, productos transformados y recursos naturales: el propósito de los países de la AELC es mejorar el acceso al mercado colombiano para bienes industriales como máquinas-útiles, aparatos, instrumentos, relojería, industria química y farmacéutica e industria agroalimentaria. Entre los diferentes sectores que podrían ser objeto de una liberalización creciente y acelerada, figuran recursos naturales como la madera y demás productos forestales, los productos pesqueros, y recursos energéticos como el petróleo, el gas y los minerales.

El comercio entre Colombia y la AELC: oro por máquinas

Lo que muestran las relaciones comerciales con la AELC es la continuación del mismo esquema de comercio colonial a que ha estado sometida nuestra nación. En su miope visión sobre lo que debería ser el desarrollo de una nación y la necesidad de promover la industrialización, el gobierno nacional se limita a buscar acceso a las mismas exportaciones de hace más de un siglo y a justificar el atraso del país para inundarlo con importaciones de bienes manufacturados y maquinarias. Para Proexport, los sectores en los que Colombia tiene ventaja competitiva para exportar a la AELC son plásticos derivados del polipropileno, joyería y piedras preciosas, confecciones, flores, frutas exóticas, banano y café y derivados.

Las exportaciones colombianas en 2006, que sumaron 354 millones de dólares, correspondieron a frutas y nueces, café, té, aromáticas y especies, textiles, combustibles minerales y aceites, piedras preciosas y metales. Lo anterior representa el 0.36% del total de las importaciones que realiza la AELC. Las importaciones desde ese bloque sumaron 199 millones de dólares en 2006, principalmente grasas y aceites, artículos manufacturados, maquinaria eléctrica, instrumentos quirúrgicos, ópticos y médicos, productos químicos, productos farmacéuticos, productos químicos orgánicos, maquinaria de aplicaciones mecánicas, perfumería y cosméticos y relojes.

Las argucias oficiales para justificar un TLC con AELC

La primera semana de junio se llevó a cabo en Bogotá la primera ronda de negociaciones para la firma de un TLC entre Perú y Colombia y los países que conforman la AELC. La segunda se efectuó del 27 al 31 de agosto en Lima y la tercera está prevista en Génova para finales de octubre del presente año. Para justificar el acuerdo, el Ministerio de Comercio Exterior de Colombia aduce que la AELC ocupa el quinto lugar en el comercio mundial de servicios, tiene uno de los ingresos per cápita más altos del mundo y es uno de los mayores mercados en materia de flujos de inversión, lo que disfraza el hecho de que el interés de estos países es expandir y diversificar su inversión en Colombia, que para el año 2006 fue de 547 millones de dólares, en el mismo camino de compañías como Nestlé, UBS y Roche.

La Glencore, una trasnacional suiza que detenta la concesión de la mina La Jagua(3), la segunda reserva de carbón del país, fue recientemente blanco de las masivas movilizaciones encabezadas por los habitantes de La Jagua de Ibirico, en Cesar, quienes el pasado 8 de febrero de 2007 protestaron contra el nocivo impacto ambiental causado por la extracción y transporte del carbón y los problemas de salud causados por la actividad minera en la zona, problemas frente a los que la compañía suiza hacía oídos sordos. Tres meses después los trabajadores de la misma compañía se lanzaron a la huelga para exigir un aumento salarial, que se enganche a los obreros subcontratados, se ponga fin a las extenuantes jornadas de trabajo, se garanticen los descansos, se preste asistencia a las comunidades afectadas por la contaminación de la explotación y se proceda a reparar las vías públicas destruidas por las tractomulas del consorcio foráneo. La situación es tan grave que la revista Semana tituló “Un pueblo rico convertido en la tierra del olvido” . Según el senador Jorge Enrique Robledo, del Polo Democrático Alternativo, “de la explotación de este importante recurso no nos quedan a los colombianos sino unas miserables regalías y unos salarios no menos exiguos, tal como sucedía en las épocas nefastas en que primaba sobre el mundo el sistema colonial.”

En el capítulo de inversiones del TLC con la AELC, el Estado colombiano se dispone a aprobar reglas más claras, estabilidad jurídica y un trato justo y equitativo para las trasnacionales, mientras abandona a su suerte a las poblaciones que padecen la presencia de la trasnacional suiza y demás compañías extranjeras que explotan el carbón.

El Acuerdo de Cooperación Económica y Técnica que suscribió Colombia con la AELC el 17 de mayo de 2006, en el mismo estilo del de cooperación con la Unión Europea, para ir allanando el camino, define concretamente el compromiso de “ crear las condiciones favorables que estimulan los flujos de capital y las inversiones en todos los sectores económicos de mutuo interés, así como asegurar los intereses de los socios implicados”. Expresa para ello l a intención de establecer un marco hacia “la expansión y la diversificación del comercio y de la inversión entre los Estados de la AELC y Colombia” , para lo cual los países buscarán “incrementar sus relaciones económicas, en particular las concernientes al comercio de bienes y servicios, así como a las inversiones, facilitar la creciente participación del sector privado, en particular de las pequeñas y medianas empresas, en la cooperación económica y comercial entre las Partes” , entre otras disposiciones.

Para el viceministro de Comercio Exterior, Eduardo Muñoz, las negociaciones con la AELC serán muy francas y pragmáticas. “Encontraremos soluciones prácticas en los puntos donde se presenten diferencias” , lo que, a la luz de la realidad de las negociaciones del TLC con Estados Unidos, significa que el gobierno del presidente Uribe cederá en todas las pretensiones de la AELC.

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